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miércoles, 30 de marzo de 2011

Una manera de empezar


Aun con las dudas de si dedicarme a esto era lo mejor para mí o no, un lunes sin pensarlo prácticamente di con mis huesos en las oficinas de “El Norte”,  para poner un anuncio en la sección de adultos para ver que pasaba.
Se me ocurrió ser la primera escort sincera y el texto del anuncio decía algo así como “estudiante llegando a la ciudad con problemas para pagar la colegiatura, me ayudas?”.
Sin ni siquiera estar segura de la decisión que había tomado me encontré respondiendo una cantidad de llamadas incluso absurda,  con propuestas de todo tipo. Estaban las graciosas del tipo “vente a vivir conmigo y te pago la colegiatura y jamás necesitarás nada más”, las sentimentales del tipo “pero que te pasó bonita, como llegaste a esta ciudad tan peligrosa y te quedaste sin nada”, las groseras como “si me dejas calar que onda contigo, y me lo haces mejor que mi esposa igual y te ayudo”, y otro sin fin de gente que simplemente llamaba para pasar el rato o intentar pescar una jovencita ingenua de la que aprovecharse.
Pero habían algunas llamadas de gente que simplemente preguntaba qué ofrecías y en qué condiciones, y ahí conocí a mi primer cliente como escort...
miércoles, 23 de marzo de 2011

Mi primera vez con una chica

No se han imaginado alguna vez teniendo un trio? Compartiendo con su pareja una tercera persona y disfrutando juntos del sexo desenfrenado… (solo de pensarlo, ya estoy mojando mi tanguita! Debo aprender a controlar mi imaginación).

Compartiré algo con ustedes, mi primera experiencia con una chica. La recuerdo con muchísimo cariño, era mi mejor amiga de la secundaria, compartíamos todo, apuntes, trabajos… por que no compartir un novio? Muchas veces, mientras estábamos en su casa los viernes, tras acabar la tarea nos arreglábamos para ir al antro. Jugábamos como cualquier chica de nuestra edad a intercambiarnos la ropa, nos poníamos los trapos la una de la otra… recuerdo verla cambiarse sentada en su cama, ver como desabrochaba su brasier lentamente, dejando sus pechos rosados al aire libre, la verdad que hacía que mi corazón se acelerara.

Siempre me preguntaba si a ella le pasaría lo mismo… Es más, recuerdo una vez en su casa, estaba en el baño acicalándose según, y me pidió que entrara para ayudarla con no se qué. Al entrar, ella estaba sentada en una banqueta, con las piernas bien abiertas, y cuchilla en mano se depilaba sus partes. “Me puedes ayudar?” me dijo… “se me rompió el espejo y no alcanzo bien a verme más abajo…”. Me quedé petrificada… como  me pedía que la ayudara! Que oso! Pero fue una de esas veces en que no sabes cómo zafarte de una situación y acabas obedeciendo sin rechistar…

Me arrodillé frente a ella y agarré la cuchilla con mi mano derecha,  prácticamente estaba temblando. Separé sus muslos completamente con mis manos… recuerdo perfectamente cómo un escalofrío indescriptible recorrió mi cuerpo al notar la suave y blanca piel de sus muslos, cómo esa sensación fue creciendo cuando acerqué mi rostro a su sexo para ver bien…

miércoles, 16 de marzo de 2011

El comienzo

No se han preguntado nunca que lleva a una chica normal a acabar trabajando en esto?
Porque cuando somos pequeñas, no me imagino a dos amigas en el parque soñando, preguntando la una a la otra… “tu que es lo que quieres ser de mayor?”… pues… yo quiero ser princesa, y casarme con Brad Pitt… no, no… con Justin Timberlake mejor… y tu?…”pues yo… creo que seré escort VIP!”.

Normalmente, en la vida de toda escort hay un momento en el que no te has planteado dedicarte a esto y… de buenas, cambias de parecer y empiezas! Pasa algo inesperado que hace cambiar tus prioridades… y zas! Pero no se equivoquen, detrás de esto, debe haber una chica con ciertas características… actitud para el servicio, don de gentes… y no se engañen, le debe gustar el sexo!

Les contaré como comencé yo. Recién llegaba a la ciudad, habían cerrado la escuela a la que iba y me vine para acabar aquí en Monterrey. Llegando, todo era más caro, así que a los dos meses me andaba quedando sin lana, y andaba bien preocupada, no sabía si cambiar horarios de la escuela y buscar un trabajo  o como hacerle.

Veía como  miraban mis nalgas los chavos cada vez que llevaba a la escuela unos jeans ajustados, no podían apartar la mirada y casi se veía como su boca se hacía agua. De seguro me imaginaban contra la pared, con los jeans a la altura de los tobillos, apartando mi tanga con sus manos y demostrándome quien manda… (que rico verdad, cuando tienes sexo en esas situaciones extrañas y sin avisar… el miedo a que te cachen…)